Thursday, January 6, 2011

La Epifanía de mi niñez

Photo courtesy of Unzueta Gallery, Miami
“(…) Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios del Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas” San Mateo 2, 1
“Luego entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose lo adoraron (…)” San Mateo 2, 11
- Dios Habla Hoy. La Biblia con Deuterocanónicos. Versión Popular. Segunda Edición. Sociedades Bíblicas Unidas. 1989

Las carencias estamparon los Días de Reyes durante mi niñez. Conservo muy vagos recuerdos de mis racionados juguetes, sin embargo, son muy lúcidos ciertos eventos que marcaron mi aversión por los juegos de azar.

Tras años de aglomeraciones multitudinarias frente a las tiendas convertidas en jugueterías en el mes de diciembre, las organizaciones encargadas de vender los artículos ‘normados’ decidieron cambiar los métodos de distribución. Y como una lotería obligatoria, cada núcleo familiar se vio sumergido en la promiscuidad de un bombo. Al vetusto Liceo del pueblo se desplazaban los padres y sus hijos el día señalado para hacer pública la lista cuyo orden se establecía según la Teoría de las Probabilidades.
Los números 27 y 1 hicieron brillar mis ojos sólo en una ocasión, cuando mi edad ya me acercaba a la exclusión del sorteo, había logrado comprar mis tres juguetes el primer día de venta en la posición veintisiete, lo cual aumentaba significativamente la posibilidad de elegir en variedad y calidad.

Así transcurrieron mis Epifanías. Tuve colas* kilométricas que duraban días con sus respectivas noches, en lugar de Caravanas por el desierto; empleadas del comercio minorista obstinadas por la desidia, en lugar de Hombres Sabios cabalgando camellos desde el Oriente. Por Oro me vendían un juguete Básico (el de mayor calidad), mientras que el No Básico (el juguetico del montón) había sustituído al Incienso, y la Mirra, ah, la mirra portada por Baltasar, se convertía en el 'toy' Dirigido (aquel que el dedo índice señalaba hacia una caja de canicas o a un juego de yaquis). Mi padre no se llamó José, sino Ángel y no huyó hacia Egipto tras sus reveladores sueños, sólo logró llegar hasta España aquel 25 de diciembre de 1970. María se llamó mi tía y no mi madre a la que nombraron Esperanza, y en Bejucal y no en Belén quedé con mis dos hermanos, esperando que el Herodes de entonces terminara de arrebatar nuestra inocencia. Poco después los Reyes Magos ya no regresaron y la fecha se trasladó por el oficialismo al tercer domingo de julio.

*sinónimo de fila, serie de personas o cosas colocadas en línea.

8 comments:

  1. Querido amigo Soriano:A veces ciertos escritores persiguiendo la originalidad con un barroquismo extremo; terminan cocinando unos textos indigeribles, lamentablemente.Siempre tus post tienen el encanto de la sencillez y la brevedad;sin por éso perder el 'aura del saber narrar'y es el caso de tu "Epifanía de mi niñez"donde nos muestras la triste realidad de los niños expuestos a la pesadilla del castrismo en nuestra Patria.Bendito ése 25 de diciembre de 1970; donde un ángel (tan especial) "voló hacia el más alto sueño de los Seres Humanos" !LA LIBERTAD!ENHORABUENA!!

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  2. Jose, corazón. Muy bueno tus comentar¡os, como s¡empre dejas tras luz tu sagas¡dad de plasmar con tan buen gusto tus recuerdos de los reyes magos. Un beso grandote. Te queremos. Nora

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  3. Good post el del día de Reyes, me pareció muy bueno desde luego sino se tienen las referencias tan de nuestra historia reciente, para otros puede parecer algo de otra galaxia, pero muy bueno por la sintesis.
    Esteban

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  4. Como siempre acogedor!!! Te quiero!!!
    Juan Miguel Pérez Díaz

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  5. Mi hermano me acabas de recordar nuestra hermosa ninez tenias que haber sido escritor que lindo te quedo Te quiero mucho Mercy

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  6. Bravo Jose, tu siempre lúcido y preciso! Yo lamentablemente recuerdo mejor las colas de dias y dias y las dormidas allí, el marcado, el "van a contar a las 7 de la mañana" de mi madre para alcanzar al menos algo similar a mis deseos en «el básico y el dirigido»... La ingenuidad de las fábulas y creencias maravillosas de la infancia se me acabó muy temprano... ¡Me la acabaron!
    Yohanka

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  7. Gracias otra vez, Jose Angel, por tu acertada y limpia narrativa y por tu extraordinaria memoria (dos cosas imprescindibles para un buen escritor. Eso es lo que pienso que eres!)
    Lamentablemente, yo me devano los sesos tratando de recordar "mis dias de reyes" y solo tengo un recuerdo vago. Debo haber sufrido mucho en aquel tiempo esperando a reyes que me entregaban, no lo que yo pedia, sino lo que "me tocaba". La memoria a veces hace esos trucos para salvaguardar la integridad mental. Lo que si recuerdo vividamente, sin embargo, es a mi madre, saliendo de la tienda con una furia feroz reflejada en en rostro y diciendome a voz de cuello...."pa'l carajo...a partir de hoy se acabaron los Reyes Magos!".... A partir de ese momento la inocencia que me quedaba de mi infancia, exploto como un globo. Te agradezco infinitamente que nos refresques la memoria con la poesia de tu lenguaje, que hace de lo cotidiano, poesia.

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  8. Jose, me hiciste recordar mi madre pagando para hacer esas colas kilometricas para satisfacer mis anhelos de juguetes y no los no basicos yo siempre queria mas de un basico y ella siempre queriendo complacerme, quizas por eso aun tengo esa nina por dentro que me hace tener un cuarto lleno de munecos de peluches, nos arrebataron muchas cosas bellas de nuestra ninez y esas infelizmente no las pudimos llenar, aunque los que tuvimos la suerte de conocer lo que esta mas alla del Malecon habanero ya no esbabamos en edad de basico o no basico, pero como siempre amigo lo que escribe llega profundamente a los que compartimos esas vivencias de las que a pesar de todo aprendimos muchas cosas entre ellas a valorar las pequenas cosas que muchos no le dan importancia.
    Un abrazo
    Aidita

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