Monday, October 24, 2011

Delirio Isleño


Photos by José Soriano
Justamente el 20 de octubre pasado, Día de la Cultura Nacional en Cuba, asistí en Miami a la puesta en escena de la obra Delirio Habanero por el Teatro de La Luna de ‘gira’ por estas tierras.

La pieza, escrita en 1994 por Alberto Pedro Torriente (Manteca, Week-end en Bahía), se desarrolla en un bar abandonado donde se dan cita tres orates convencidos de ser personajes famosos de las noches bohemias habaneras: el Bárbaro, la Reina y un cantinero. Los dos primeros muy fáciles de identificar: el Benny y nuestra Celia, el tercer personaje es Varilla, barman de la Bodeguita del Medio en tiempos de Ernest Hemingway.

La noche los hace delirar con megalomanías, entran a escena por donde no deben, alucinan, se creen ser lo que no son en una enrarecida dimensión temporo-espacial. La felicidad la encuentran en el momento más oscuro y temen a la luz del amanecer por la proximidad del final. “Cuba no es una isla, es un archipiélago”, es la conclusión y el símil con el refugio-bar, que termina fragmentado por el derrumbe y la demolición, y sin saber a dónde huyen sus personajes en una suerte de sálvese quien pueda.

Esta presentación tuvo una buena acogida por parte del público y la crítica la ha llevado muy bien. Las actuaciones, todas, son impecables, expresión facial, gestual y gutural van de la mano con la música que los identifica, aunque mis lauros van dirigidos a Mario Guerra, inmerso en su personaje de El Bárbaro del Ritmo de principio a fin. Temas como la segregación racial, la doble moral (“El no es él”, “Ella no es ella”) y la desesperanza están muy bien bordados en los ambiguos textos. Sin embargo, los discursos me parecieron reiterativos. Aunque quizás fue el recurso que usó el autor, para hacer presente a ese otro personaje velado en los diálogos: el alcoholismo. (Recuerdo que en los años que viví del período de penurias, bautizado como Período Especial por la dirigencia, se comentaba que 'aquello' se soportaba sólo de dos formas: loco o borracho, pues aquí está Delirio Habanero).

Creo que Delirio…nos llega a destiempo, y se cuela por la brecha unidireccional del llamado ‘intercambio cultural’ que busca reconciliación en el olvido. Creo también que fue muy osado representarla en La Habana por Teatro Mío el mismo año en que fue escrita.

Celia's Memorial in Miami
Pero una extraña sensación de inconformidad me albergó durante toda la noche: no dejé ni un momento de pensar en la Guarachera de Cuba, quien se mantuvo diciendo hasta el final de sus días que a la isla no regresaría mientras no cambiaran las condiciones por las que se tuvo que marchar y quien se llevó el dolor profundo de no poder cerrar los ojos de su madre. Aquí el personaje en el que se re-encarna, llega de incógnito por un punto de la costa norte. No quiere que la reconozcan, sólo desea visitar la tumba de su creadora y hace alarde de sus éxitos en el extranjero (“No es lo mismo vivir en una isla que en un continente” –exquisito este bocadillo-).

El Benny y Celia discrepan y se aman, discuten y se abrazan, se reconcilian. Varilla, el más ‘cuerdo’ se encarga de esclarecer quien se fue y quien se quedó y a quien hay que obedecer y los tres delirantes terminan haciendo ergoterapia de grupo, literalmente ‘ripiando’ hojas de papel periódico, momento en que logré distinguir una estrella hueca, un triángulo y unas franjas despedazadas. ¡Cuánto dolor! Y es aquí donde no puedo coincidir con las declaraciones del director del grupo, Raúl Martín, cuando dijo “al final, qué importa si me fui o me quedé, si hay una cultura que me respalda”.


Sí, la obra incluye a la diáspora pero mutila la historia y las memorias. Muchos delirios, pero ni un solo cuestionamiento del por qué y cómo llegamos a delirar.





Sunday, October 2, 2011

Giocondas dicen adiós a Miami

Imagen ausente en las banderolas distribuidas
 por el condado Miami Dade
Mona Lisa Unveiled es una interesante exhibición que está a punto de concluir en el Freedom Tower de nuestra ciudad. A pesar de su incómodo horario, restringido sólo a 5 horas (laborables) de martes a viernes, vale la pena darse la ‘escapadita’.

Gracias a una idea de Gabriella Carlucci, alcaldesa de la ciudad italiana Margherita di Savoia (en Puglia), algunos miamenses y turistas hemos podido disfrutar de varias interpretaciones artísticas de ese ícono de la pintura universal que Da Vinci llevó consigo hasta el final de sus días: el retrato de La Gioconda.
Robo de la Mona Lisa del Louvre.
Ilustración. Septiembre 1911

La mayor parte de la piezas proceden del Museo Ideale Leonardo Da Vinci en Florencia, un emporio que echando de menos la sonrisa más controversial de Italia, se ha dedicado a coleccionar, documentar y comparar las numerosas versiones que existen de la Mona Lisa alrededor del mundo, desde el siglo XVI hasta nuestros días.

El humorismo encontró eco en Giocondas contemporáneas del reino animal como The Mona Lisasaurus de Jean Margat (1997) donde en un collage de papel el rostro y las manos de Lisa Gherardini son sustituidos por las fauces y las garras de un dinosaurio, la Mona Cat de Romero Britto (2005) por una gata de brillantes colores, The Pig Mona Lisa de Franco Innocenti (1986) por una cerdita o el Basket with Doves de Nino Carmine Pitti (2009) por palomas que desde la distancia conforman su cara, seguramente los trabajos plásticos de mayor atracción para los más pequeños. O el poster lascivo de la publicación “Lui” (Ellos) de franca connotación sexual para los adultos.
Publicación “Lui” No.165.
Octubre 1977. Detalle


Korean Mona Lisa. Detail. Pyongyang. 2007
Pseudo-Botero. Tapestry
Impresionante la Mona Lisa Coreana (2007), un ‘mosaico’ confeccionado con paciencia asiática utilizando diminutos caracoles cortados en mitades y agrupados por colores, así como el Pseudo-Botero, un tapete bordado con una Mona Lisa regordeta, confirmación de la rumorada hipercolesterolemia que padecía la modelo ‘femenina’.
Nude Gioconda of the Museo Ideale. 16th century
Engraving of the Nude Gioconda
from a painting in the Houghton
Collection. 1775.
Michael Jean Baptiste & Joseph Farington
Pero la pieza más importante de toda la colección itinerante y por la que visitarla se convierte en un must go, es sin lugar a dudas la Nude Gioconda del Museo Ideale, siglo XVI, concebida por el propio Leonardo y pintada con la colaboración de su pupilo predilecto (y compañero en la vida), Gian Giacomo Caprotti, conocido como Salai, quien sirviera de modelo para su San Juan Bautista (1513-16, Musée du Louvre) y a cuya identidad se le adjudica también la de la Mona Lisa que cuelga en París.


Asistan, la exhibición cierra al público el próximo 7 de octubre y la entrada es gratuita.



Y en estos tiempos modernos, donde la belleza física se replica como el ADN, a fuerza de bisturíes y rellenos, yo quisiera añadir virtualmente a esta colección un díptico que encontré hace dos años en el International Contemporary Art Show SCOPE MiamiMiraculous transformations: The history of smile over centuries de Franceska Kirke (2009),  procedente de la Galería Bastejs (Riga, Latvia), para recordarle al museo florentino de referencia que aún con la globalización “no están todos los que son…” o los que debieran estar. Disfruten de esta ingeniosa conversión de lo bello.
Franceska Kirke. Miraculous Transformations. 2009


Para los que no puedan asistir, aquí les dejo otras Giocondas de la exposición:


A paragon of beauty.
 In Dal
í's Mustache, New York, 1954.
S. Dal
í & P. Halsman

Mona Lisa with a fly in her Nose. 1975-85
Luca Patella
(Readymade with a crystal fly)

Raphael in Leonardo's Atelier during the Painting of the
Mona Lisa. 1845. Engraving datail.
Poul-Prosper Allais.
Photos by José Soriano




Y aquí un poco de historia y humor negro de lo que ha vivido la verdadera Mona Lisa: