Photo taken from the Internet
Fue una tarde dominical bendecida por la luz, el brillo y la quietud que suelen encontrarse en la ciudad de Coral Gables, y a su recinto universitario fuí en busca de más luz. Fuí a un encuentro face-to-face con la obra del maestro matancero Rafael Soriano perteneciente a una generación de lujo en la pintura cubana, y con el cual, para más orgullo, comparto su apellido (aunque no reconozco lazos genealógicos con el artista plástico radicado hace casi medio siglo en la ciudad de Miami, como muchos en el exilio me han preguntado).
Las piezas se distribuyen en tres salas que permiten al visitante asistir cronológicamente al proceso de maduración creativa del pintor. Desde sus primeros trabajos se observa una nueva búsqueda de expresión, ajena a los elementos figurativos convencionales de la época, adquiriendo hacia los años 50 un estilo más modernista, de franca abstracción geométrica: Cuatro pinturas Sin Título dan fe de ello, sus distribuciones espaciales eran entonces rígidas, planas, con colores básicos limitados por líneas y ángulos sobre el lienzo.
El núcleo principal de la muestra se concentra en la segunda sala, donde se exhiben los trabajos que van desde la década del 60 hasta el 2000. Aquí ya Soriano va desarrollado un estilo luminista en la pintura, en él explora sus mundos imaginarios a través de una luz que emana desde dentro de sus figuras. De sus místicos paisajes, de sus formas suaves y con matices cromáticos delicados se irradia ahora energía, y se crean juegos de luz y sombra que parecieran entrar en movimiento y trasmitir estados emocionales diversos.
Soledad En La Montaña, 1994, óleo sobre lienzo. Rafael Soriano
El propio artista anotaría: “No pretendo transmitir ningún mensaje de la realidad: me mueve un ansia de viajar a través de la pintura por la dimensión del espíritu, donde lo íntimo y lo cósmico confluyen. Se ha dicho que mi obra es un ‘luminismo onírico’, de ahí la atmósfera de misterio y ensueño que sugiere.” Y sugiere, sugiere un macro mundo, un universo que me transporta a las constelaciones ahora observables por potentes telescopios digitales, pero también me sugiere un micro mundo de estructuras biológicas sólo visible al microscopio de luz, puro plasma cinético que se acomoda a formas dinámicas, expandibles.
La muestra finaliza en un área donde se exhiben otros trabajos del artista, como su incursión en la cerámica y el conjunto de dibujos al pastel y con creyones sobre cartulina, en todos nos deja su impronta, su inconfundible estilo, su imaginación sorprendente. Su uso de la luz como principio y fin de la existencia lo convierten en un excelso expositor del arte contemporáneo, tal como escribiera el pintor JosEvelio Rodríguez-Abreu invitándome al evento: “la obra del maestro Rafael Soriano es un sueño indispensable en la cultura cubana.” Y a soñar con otros mundos me dirigí.
La compilación de su brillante labor profesional estará en exhibición hasta el 27 de marzo próximo en el Lowe Art Museum bajo el título RAFAEL SORIANO: Other Worlds Within, A Sixty Year Retrospective, gracias a la colaboración de coleccionistas e instituciones que han facilitado 75 de sus obras para esta ocasión. Su propio teléfono móvil le servirá de audio-guía en este viaje de ensueños por los mundos del Maestro.
Frente a su pintura de la Madre Cabrini en la Capilla del Hospital Mercy.
La Profundidad del Silencio from jorge Moya on Vimeo.
Querido amigo Soriano: Conociendo tu amor por la belleza, la obra del Maestro Rafael Soriano es un imán muy valioso en la Escuela de la Pintura Cubana; para no perderse semejante "fiesta de colores, formas y luces",(con seguridad esta Retrospectiva está dando una gran lección) a los coleccionistas, museos y amantes de las Artes Plásticas.!!Enhorabuena amigo!!
ReplyDeleteGracias Jose por esas palabras tan linda sobre la obra de mi padre. La exhibicion esta el El Lowe hasta el 27 de Marzo que termina ese dia con un documental de la vida de el. Los invito a todos que lo vengan a ver!
ReplyDeleteLeí tu artículo, confesándote que desconocía de la existencia de Soriano, razón mayor para buscar referencias que complementaran tu guía y exquisita apreciación.
ReplyDeleteGracias por permitirme nuevamente disfrutar y conocer más, esta vez de nuestra cultura.
Como siempre nos enriquece y eleva espiritualmente.
Sonia
Yo conocía del Maestro gracias a que muchos pacientes de la tercera edad acá siempre me preguntaban por 'el parentezco' cuando leían mi ID, pero no lo conocía físicamente. Lo mismo me sucedió con Cundo Bermudez (EPD), que cuando lo tuve como paciente por primera vez con su nombre real no me lo podía creer. Ambos muy sencillos y hasta humildes. Son nombres que junto a los de Gina Pellón (en Francia), pertenecen a una generación de grandes y que nuestro 'paisito gris' los ha situado en el saco de la AMNESIA, simplemente por no nombrarlos cuando decidieron marcharse. Nos toca a nosotros descubrirlos. Este ha sido un homenaje obligado, que no podía postergarse más.
ReplyDeletehttp://www.elnuevoherald.com/438/index.html?media_id=60209921&genre_id=5137
El azar me llevó hoy a conocer físicamente al Maestro junto a su esposa e hija, personas definidas por la sencillez. La capilla católica del Mercy Hospital atesora una de sus obras, 'Saint Frances Xavier Cabrini' - 1963, la santa patrona de los inmigrantes. Añadiré la foto a este post.
ReplyDeleteQue hermosa foto al lado de una persona anciana pero con una obra consolidada ahora me voy a Internet a buscar mas sobre su vida y obra.
ReplyDeleteJuan Abreu en Emanaciones:
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Veo el documental de Jorge Moya, dedicado al pintor Soriano. Excelente. Conocí a Soriano y a su esposa Milagros en Miami, los visité en alguna ocasión. Uno de esos cubanos de antes, Soriano, decente, modesto, trabajador, brillantemente infantil. Hay algo profundamente heroico en este hombre que durante veinte años acude a una oficina, gana un sueldo para mantener a su familia, y llegado a casa, se baña, come, descansa un poco los ojos, y se pone a pintar.
Se pone a pintar lirismos. Ternuras. Lenguas celestes. La luz del atardecer sobre una piedra en el patio. Polifonías acuáticas. Lloviznas y animales abisales. Lugares donde flotar y, por supuesto, lugares a los que huir.
Mientras este hombre hacía bajo una lucecita, en el exilio cubano subían y bajaban muchos personajes y acontecían infinidad de asuntos. Yo andaba por allí. Parecían importantes los personajes y los asuntos. Pero no. Era en el cuartito del pintor donde nacían los personajes importantes y pasaban las cosas verdaderamente importantes.
Este hombre y esta mujer, día tras día mes tras mes año tras año orbitando estas telas mitad fisiológicas mitad galácticas, en silencio, épicos, enfrentada su hermosa obstinación a la mediocre y dolorosa penumbra a la que el exilio cubano condena a sus artistas.
Una de las grandes mentiras es el regreso. Nunca se regresa. Pero es una suerte para todos que Soriano regresara en sus cuadros.
Desde esta gloriosa mañana barcelonesa en la que escribo, mando un abrazo y mi admiración al pintor Soriano, a su Milagros, y doy gracias al cineasta Moya que los ha filmado para nosotros con certeza y música y con la necesaria dulzura.