Sunday, October 28, 2012

Sin-Cuenta Atrás: Fin de la Crisis

Autumn Bonsai Exhibit: Beautiful Transitions
U.S. National Arboretum.
Adoro el otoño y sus colores quizás por ser la estación del año en que vi la luz por vez primera y me arrulló su brisa agradable. Necesitaba escaparme más allá de la gama de verdes que me rodea y sin pensarlo dos veces me hice de boletos hacia Washington, D.C. Dos horas después ya estaba rodeado de  rojos, amarillos y naranjas y una lluvia perenne de hojarasca que salpicaba jardines, monumentos e instituciones estatales.
U.S. National Arboretum. Washington, DC
Me disponía a cruzar Constitution Avenue para repasar algunas obras plásticas en el National Gallery of Art, cuando reparé en unas enormes banderolas entre las bellas columnas corintias de los Archivos Nacionales  que me hicieron cambiar el rumbo. En ellas podía leerse: “To the Brink: JFK and the Cuban Missile Crisis”. Creo que es la primera vez que un tema ‘político’ me roba el poco tiempo que puedo destinar al arte y no me arrepiento, toda historia.
The National Archives. Washington, DC

Cinco décadas de vida cumpliré próximamente que coinciden temporalmente con la exhibición anunciada a grandes letras: Crisis de octubre para los cubanos, Crisis de los misiles cubanos para los norteamericanos o Crisis del Caribe para los soviéticos, las tres partes involucradas en un conflicto internacional que hace cincuenta años llevó al mundo a tambalearse en el borde de un cataclismo termonuclear.
Las condiciones históricas y los detalles de los 13 días del otoño de mayor tensión entre las superpotencias del mundo moderno del pasado siglo están adjuntos en un video muy educativo que encontré después; pero ‘in situ’ mi piel se hacía de gallina en la medida que leía las transcripciones y oía las cintas (ahora digitalizadas y desclasificadas) que secretamente se grabaron en la Casa Blanca durante las reuniones del Presidente con el Ex Comm para decidir cómo proceder frente a la provocación de la URSS instalando misiles nucleares a 90 millas de sus narices, capaces de alcanzar las principales ciudades estadunidenses en menos de 5 minutos. Bajo tremenda presión J. F. Kennedy -con disciplina y delicadeza- condujo las negociaciones, insistía  en que los misiles tenían que ser removidos al tiempo que un impulsivo Khrushchev se negaba. Un avión americano U-2 fue derribado en tierras cubanas por personal soviético (pero bajo las órdenes de Fidel Castro). El Presidente se opuso a responder usando la fuerza y cedió al chantaje público del Premier soviético (a cambio de que Cuba nunca fuera invadida –el fatalismo geográfico insular ya estaba echado-) y al chantaje secreto de remover posteriormente los misiles Júpiter de Turquía. Nikita Khrushchev súbitamente anunció el  desmantelamiento de los misiles cubanos a través de la radio moscovita en octubre 28 (día considerado como el último de la crisis). Cuba no fue consultada y al sátrapa le dió la ‘pataleta’ por haber sido multiplicado por cero en la negociación  (es de destacar que dos días antes, Castro, en una carta incitaba al mandatario soviético a ‘tirar la primera piedra’ –nuclear- a EU. Posteriormente donde escribió digo reacotó Diego).
John F. Kennedy, 35th President
Elaine de Kooning, 1963
National Portrait Gallery
Cuando salí de la Lawrence F. O’Brien Gallery, después de actualizarme con todo aquello, ver artefactos, manuscritos, fotos, documentos top-secret ahora públicos, la propia pluma con que Kennedy firmara  la Proclamación de Cuarentena Naval (que no bloqueo) estaba más helado que la propia Guerra Fría que caracterizó la época. Solo pensaba que pude no haber completado mi término intrauterino, que mi posición encorvada, con los brazos cubriéndome la cara y las rodillas replegadas sobre mi vientre, era  ilusamente mi respuesta de protección dentro del bunker materno ante aquellas noxas externas y la violación de mi derecho de nacer. ¡Cuan azarosa es la vida!, ¡qué casual llega a ser un nacimiento! ¿Cómo se puede sortear la muerte por la Patria o por una palabra llamada Socialismo? ¿Cómo a un loco -que según el perfil psiquiátrico ofrecido por la CIA no lo era- le importara un bledo que su gente, sus ancianos y sus niños serían los primeros en pulverizarse…? Creo que la solución pacífica de la crisis fue uno de los logros más grandes de la administración del Presidente Kennedy, aunque en genuflexión supo salvar a la humanidad.
Lo que vino después es más conocido: Las bases nucleares fueron desmanteladas bajo supervisión internacional, se firmó un tratado para poner fin a la carrera armamentista y la producción de armas nucleares, y el gobierno cubano empezó a cacarear sus Cinco Puntos.  No sé si felizmente, pero nací pocos días después aun rodeado por buques navales americanos, mi ablactación incluyó compotas Gerber (de las intercambiadas por los prisioneros de la Bahía de Cochinos) y crecí bajo la amenza psicológica de un enemigo fantasma que atacaría en cualquier momento y por cualquier rincón, con el miedo de no llegar a los 16 años y tener que marchar a un campo de entrenamiento militar o ser seleccionado para cavar trincheras o perforar refugios “on that imprisoned island” como la llamara el Presidente en su locución hacia el pueblo americano aquel 22 de octubre de 1962.
Pero en los recintos de los Archivos Nacionales experimenté también satisfacciones: Tuve frente a mí una de las cuatro copias originales de la Carta Magna, documento en latín fechado en el 1297, un ícono de la democracia (ya había visto otra de estas primeras copias en la Catedral de Salisbury, en UK) y en su rotonda, los grandes pliegos de papel que con caligrafía atenuada por el tiempo, conforman las Cartas de la Libertad: La Declaración de Independencia Americana (1776), La Constitución de los EUA (1787), y La Carta de Derechos (The Bill of Rights, 1791). Es importante de vez en cuando entrar en ‘shock’ con la Historia, y esta oportunidad de acceder libremente a la información nacional fue ‘priceless’.
La Democracia de esta gran nación empieza en esta monumental estructura: en sus Archivos Nacionales, y Ud. la puede hacer valer en sus urnas.
Photos by José Soriano

1 comment:

  1. Siempre para nosotros, la maravilla de los grandes territorios continentales que permiten ver el cambio de estaciones, es un misterio que no llena el placer y el otoño en esas latitudes es una explosión de color que nos es desconocida.
    Era pequeño cuando la crisis, pero si percibía la sensación de peligro que experimentaban los adultos en ese momento, al fin la verdad está expuesta al desclasificarse todos esos documentos, desde luego, para el mundo nosotros seguimos al margen y es que se nos fue el tren del futuro o tal vez ni siquiera ya existimos para el resto de la sociedad civilizada. Nuestra condición de fósil histórico, ya ni somos ejemplo de lo que no se debe hacer. Somos una vaga imagen de un pasado cruel, llenos de ausencias y añoranzas.
    Esteban

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