Saturday, August 28, 2010

La Primera de ‘La Ultima Función’


Anoche fue una noche mágica en las tablas de Miami Beach. El Teatro Byron Carlyle se vistió de gala para recibir una obra que conjuga la danza y la dramaturgia. El monólogo de Abilio Estévez ‘Yo Soy la Bailarina de mi Sueño’ vió la luz con el estreno mundial de lo que terminó siendo ‘La Ultima Función’, pieza teatral dedicada a la bailarina cubana Rosario Suárez (Charín).

¿Por qué la magia? Pues por el hechizo que lleva al espectador a sufrir lo que ella sufre con la profesión elegida y a disfrutar lo que ella más disfruta: danzar.

La puesta en escena añade la presencia de un segundo personaje, su ballet master, magistralmente interpretado por Julio Rodríguez, cuyos parlamentos son la conciencia de la bailarina, su Pepe Grillo, comandos a ser asimilados por un cuerpo ya no tan joven. Rodríguez en su personaje fue un Fernando Alonso, un José Parés o una Ramona de Sáa, por sólo citar algunos de los más importantes maestros de la prima ballerina, quien estuvo a cargo de la coreografía.

Poco después de la introducción, Charín emerge desde un inmenso manto rojo, sus posturas nos recuerdan a una Carmen vetada, a una Odette/Odile embrujada o a una Soledad de regreso a su jardín en las tardes habaneras. Cuando la Mujer ante el Espejo ve reflejada su imagen, el rostro se convierte en una Giselle sin juicio, y así durante toda la obra, su gestualidad nos lleva al pasado y nos advierte de lo que ya no podrá volver a interpretar. Sus miedos, sacrificios y soledades se convierten en los nuestros propios. El tiempo le pesa y duda en volver a salir a escena, pero el poder de la creación le convence, y se abre el telón. Y allí se alcanza el clímax, no podía estar en otra piel que en la piel de un cisne que ya no vuela, que ya no nada y que agoniza frente a nosotros al compás de la triste música de Saint-Saëns, tres minutos de derroche de actuación y despliegue técnico. En esos instantes comprendimos nosotros también que “bailar es olvidarse del pasado y del futuro”.

Entre ovaciones y aplausos, giré mi cabeza y advertí que un Abilio todavía nervioso se encontraba de pie detrás de mi butaca. No pude sino dejar de aplaudir, apretar su hombro y comentarle: “Debes amarla mucho para haber escrito algo así”.

‘La Ultima Función’ es una obra de valores universales, desde la visión de un ferviente admirador y diestramente dirigida por Lilliam Vega. No pierda la oportunidad de disfrutar una Segunda, Tercera y Cuarta ‘(La) Ultima Función’.


"No tengo a Carlotta Grisi, pero tengo a Rosario Suárez" -Abilio Estévez

"Soy bailarina hasta cuando no bailo, siempre bailo" -Rosario Suárez (Charín)

Photos by José Soriano

5 comments:

  1. Lo mejor que me podías contar para alegrar mi fin de semana, el póster ya está de fondo de mi pantalla aunque aquí a los del trabajo les de perreta por ello, pero si la cosa se pone mala adopto la pose de la Charín en la foto y me voy como Cisne embrujado para mi casa. Me alegra mucho toda esa experiencia.

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  2. Querido Sory:
    Recibí como siempre con mucha alegria, tu mensaje, y rápidamente me leí de un tirón el artículo, disfrutándolo realmente gracias a tu habilidad de comunicar y mezclar "sentido y sensibilidad" ..., ya me sentía Charín, ya podía sentir lo que ella ...., pero sobre todo me sentía muy cerca de ti, de ese momento, de esa emoción.
    Para mi lo estimulante de escribir y comentar en un blog son las vivencias compartidas: que permiten intercambiar apreciaciones, criterios, impresiones, ..., en cualquier manifestación estética, no digamos ya artística que requiere total participación.
    Yo francamente me inhibo, porque siento que estoy comentando un comentario, y me siento torpe, pero no por ello partícipe de una vivencia, de una emoción, más aún cuando se logra transmitir con palabras - como tu sabes hacerlo-, ese es un don querido, y Dios te lo bendiga.
    Me da mucha alegria leer lo que escribes y como dice Pablo son vivencias del alma.
    Nuevamente gracias amigo,
    un abrazo,
    Sonia

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  3. Amigo Soriano (me complace mucho que Esteban y Sonia han modelado lo que hubiera querido decir).En "La última función" como nos confirmas el talento y virtuosismo están asegurados, por estrellas de la Cultura Cubana ("Charín",Abilio Estévez,Julio Rodríguez y Lilliam Vega).
    Qué hacer?
    -Ir a "delirar" junto a ellos y premiarlos con mi aplauso.!Gracias y saludos a todos!

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  4. Adjunto fragmentos de un artículo escrito por Daína Chaviano en 'Diario de Cuba':
    "Charín, un cisne que nunca muere"
    Martes 07 de Septiembre de 2010 12:58 Daína Chaviano, Miami.
    Hay artistas que nunca dejan de sorprendernos. Hay otras que jamás defraudan. Rosario Suárez (Charín, para sus amigos y admiradores) es una de ellas.
    (...)
    Aparte de los mágicos instantes de ballet, el "plato fuerte" que Charín ofreció esta vez fue la fuerza de su interpretación dramática, en la que se desdobló para transformarse alternativamente en niña traviesa, hija, amante, alumna, diva y anciana… Hubo escenas inolvidables, como la del padre con su hija, o aquella en la que bailó e interactuó con la propia barra de ejercicios, o la de esa diva ya decadente que se transforma en sepulcral espectro frente a un espejo —flashback ineludible al documental Mujer ante el espejo, donde Charín ofrece atisbos de su vida personal, entrelazadas con escenas del ballet Evasión que, inspirado en un cuadro de Marcelo Pogolotti, fuera uno de sus sellos danzarios durante los años 80.
    En la puesta se destacan, sobre todo, el diseño de luces, la selección musical, la escenografía y el vestuario… Tal vez los textos podrían —en caso de que se hiciera alguna futura versión— ahondar en ciertos asuntos como el drama de la vejez, el contraste entre el aprendizaje y la sabiduría, la búsqueda de la perfección… Pero amén de estos detalles, la obra tiene la suficiente belleza plástica y carga emotiva para conmover.
    Julio Rodríguez, con su presencia ubicua (el actor aparece y desaparece por recovecos inesperados), funge no sólo como inesperada pareja de baile, sino que asume diversos papeles que le llevan a ocupar un peso vital en la obra… cosa nada fácil junto a una figura como Charín, quien es capaz de "robarse" el escenario con apenas elevar un brazo. (El inicio de la obra, cuando baila con las piernas ocultas bajo aquel océano de tela roja, es un buen ejemplo de lo que ella es capaz de lograr).
    Su interpretación de La muerte del cisne —que hubiera podido hacer sin acudir al tradicional vestuario, apoyándose en la impresionante caracterización cadavérica de la escena anterior— es la mejor metáfora para una artista como ella, que no debería renunciar a las tablas aunque tuviera que abandonar su gran amor, que es el baile en puntas. Al final del solo, las alas rotas del cisne quedan congeladas en el aire, sin llegar a tocar el suelo jamás, en un elocuente gesto de la bailarina que se niega a morir. Y es que esa muerte inconclusa funciona como paradoja perfecta para ella, porque con esta (¿última?) función Charín ha demostrado que si su cisne dejara de volar, aún podría haber actriz para rato.
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    texto completo en:
    http://www.diariodecuba.net/cultura/77-cultura/3110-charin-el-cisne-que-nunca-muere.html

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  5. Sory cuanto te agradezco este envío, como siempre leer a Daína fluye...pero disfruté el doble enterándome además de que es fan al ballet y ¡lo practica!¡que maravilla! de haber vivido allá me hubiese gustado enormemente retomar las clases...
    No se si habrá grabado alguna edición en DVD porque esa función hay que verla de todas todas.
    Sonia

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