Sunday, May 10, 2015

Los Zapatos y el Adiós

Shoes on the Danube Bank by Gyula Pauer & Can Togay



A Roselia Rodríguez Gómez (Abril 29, 1919. Bejucal, Cuba – Abril 30, 2015. Orlando, FL, USA)

Cuando desde principios de año mi abuela materna comentaba que en el 2015 se pondría los zapatos, no podía entender a qué hacía referencias; después se inventó un viaje a Miami para comprarlos. Insistía en que cumpliría 96 años y a tal número -en la charada cubana- se le asignaba el significado del calzado, así de simple y sin más explicación.
Erected on April 16th, 2005


Curiosamente, cuando me lo decía, me venía a la mente un monumento húngaro que me sobrecogió durante mi estancia en Budapest, ciudad donde lo que ‘sobran’ son estatuas y conjuntos escultóricos, y que sirve de memorial al holocausto en una de las laderas del río Danubio: “Shoes on the Danube bank”. Se trata de sesenta pares de zapatos fundidos en metal, diferentes en estilo y talla, a la usanza de la década del 40, que rinden tributo a los judíos húngaros masacrados por las milicias de la Cruz Flechada (partido pro-nazi y antisemita), a los que antes de morir alineaban descalzos al borde del río; las corrientes gélidas se encargaban del destino final de los cuerpos, mientras que sus zapatos, un bien preciado entonces, se reutilizaban.
Budapest. May, 2014


Hoy, Día de Las Madres, pocos días después de la desaparición física de quien me diera mimos de niño y de adulto, vuelvo con las asociaciones simbólicas. Examino las fotos de los vacíos zapatos e imagino las manos de sus dueños emergiendo de las turbias aguas del Danubio, reclamando por ellos para continuar una marcha interrumpida. También vuelvo sobre los recuerdos felices, las sonrisas y el “hasta pronto” que usó my grandma antes del emprender el sueño.


Todo era simple y estaba claro: los zapatos representaban el largo viaje que mi abuela estaba a punto de comenzar, tan próximo como cuando alcanzara su 96 aniversario.  La enfermedad le sorprendió antes de su cumpleaños, pero su férrea voluntad le permitió, aunque dormida, alcanzar la fecha deseada.


Desde el dolor hueco y mudo de su ausencia y con la certeza del bendecido por todos los años compartidos, le replico “Hasta pronto”, la sabia corrección que me hiciera cuando al despedirme le dije “Adiós”. Entonces decidió irse tranquila, en paz y con sus zapatos puestos.
"The Queen and I". April 2011 & 2014
Nota: Notablemente en la charada popular cubana, el número noventa y seis también significa Desafío y Maletas.
Photos by José Soriano